¿Cómo organizo mi tiempo para llegar a la meta?
Cómo organizar tu tiempo para llegar a la meta sin romperte por el camino.
Opositar no es solo estudiar muchas horas. Opositar es sostener un proyecto de vida durante meses o años.
Y para eso no basta con echarle ganas: hace falta organizar bien el tiempo y cuidar tu energía. Si no, tarde o temprano llegan el bloqueo, la culpa y las ganas de tirar la toalla.
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| La organización siempre ayuda a mejorar tu rendimiento |
Piensa tu día como una mesa con cuatro patas. Si una falla, la mesa cojea. Si fallan dos, se cae. Esas cuatro patas son: sueño, alimentación, actividad física y actividad productiva (trabajo, voluntariado, tareas creativas, algún proyecto útil). Vamos una por una.
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1. El sueño: el pilar que casi todo el mundo sacrifica
Dormir bien no es un premio por haber estudiado mucho. Es una condición básica para poder estudiar bien.
* Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada día.
* Acuéstate y levántate más o menos a la misma hora, también los fines de semana.
* Evita revisar apuntes, redes o vídeos en la cama. La cama es para dormir, no para repasar.
Dormir poco puede darte la sensación de que “aprovechas más el día”, pero el precio es caro: peor memoria, más despistes, más irritabilidad y menos fuerza de voluntad. No se trata de estudiar más horas, sino de que las que estudias cuenten de verdad.
Si aparecen problemas de insomnio, empieza a probar con infusiones naturales antes de dormir y ajusta la dosis a tu necesidad y al estrés de cada momento.
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2. Alimentación: gasolina limpia para el cerebro
Tu cerebro es tu herramienta principal. Y lo que comes se nota en cómo piensas y cómo aguantas el día.
No hace falta que te obsesiones ni que sigas una dieta perfecta, pero sí que cuides unas ideas básicas:
* Come comida real la mayor parte del tiempo: frutas, verduras, legumbres, huevos, pescado, carne sin procesar, frutos secos.
* Reduce al mínimo los ultraprocesados, refrescos, bollería y comida rápida.
* Bebe agua con frecuencia. Muchas veces el cansancio es solo deshidratación.
* Evita pegarte atracones al mediodía si luego tienes que seguir estudiando: una comida demasiado pesada te deja KO.
Comer bien no es solo “estar sano”: es tener una mente clara, menos altibajos de energía y menos cambios bruscos de humor.
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3. Actividad física: moverte para poder seguir sentado
Puede sonar raro, pero para aguantar tantas horas sentado necesitas moverte.
La actividad física no es un lujo ni un extra; es otra parte del plan de estudio:
* Con 20–30 minutos de paseo rápido al día ya marcas la diferencia.
* Si puedes, añade algo de fuerza (flexiones, sentadillas, mancuernas, gimnasio).
* Intenta que el ejercicio sea regular, aunque sea poco cada día.
El deporte SIEMPRE ayuda a:
* Bajar la ansiedad.
* Dormir mejor.
* Pensar con más claridad.
* Sentirte más fuerte y capaz (también mentalmente).
No tienes que convertirte en atleta. Solo tienes que dejar de ser completamente sedentario. Haz que moverte sea una cita fija en tu agenda, igual que un bloque de estudio.
Siempre puedes ayudarte para hacer pequeñas pausas de la herramienta gratuita para Windows llamada EUROSUITE UTILITIES) que te permite establecer pausas programadas periódicas cada cierto tiempo:
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4. Actividad productiva: sentir que tu vida no se reduce a estudiar
El cuarto pilar es esa actividad útil que te recuerda que vales para algo más que memorizar temas. Puede ser:
* Trabajar a media jornada.
* Colaborar en una asociación.
* Ayudar en el negocio familiar.
* Tener un pequeño proyecto personal (blog, canal, proyecto social, etc.).
* Si no encuentras algo que te motive, dibuja, haz trabajos manuales o dedica algún rato a realizar cualquier cosa creativa, eso ayuda a tu cerebro.
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... ¿Y para qué sirve esto?
* Te conecta con la realidad más allá de la oposición.
* Te da sensación de utilidad y de progreso en otras áreas.
* Rompe la burbuja mental de “si suspendo, no soy nadie”.
* Te da una estructura extra al día y te obliga a aprovechar mejor el tiempo de estudio.
La clave es que esa actividad no te absorba ni te destruya energéticamente. Debe sumar, no restar. Mejor media jornada o unas horas a la semana que un trabajo que te deje sin fuerzas para abrir el temario.
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Un ejemplo sencillo de día equilibrado
Solo como idea orientativa:
🕒 7:30 – 8:00 – Despertar, aseo, desayuno tranquilo.
🕒 8:30 – 11:30 – Primer bloque de estudio (fresco, sin móvil).
🕒 11:30 – 12:00 – Pequeño paseo o estiramientos, snack ligero.
🕒 12:00 – 14:00 – Segundo bloque de estudio.
🕒 14:00 – 15:30 – Comida y descanso corto (sin quedarse dormido horas).
🕒 16:00 – 20:00 – Trabajo a media jornada / actividad productiva.
🕒 20:30 – 21:00 – Paseo suave o algo de ejercicio ligero.
🕒 21:00 – 22:30 – Cena, tiempo de desconexión, algo que disfrutes.
🕒 23:00 – Dormir.
No es una receta fija, solo un ejemplo. Tu realidad puede ser diferente, pero la idea es que todos los pilares aparezcan cada día, aunque sea con pequeñas dosis.
Te aseguro que mantener una vida equilibrada sobre estos pilares te ayudarán a evitar algunos bajones de ánimo.
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Tu proyecto de vida es más grande que un examen
Tu meta es aprobar, sí. Pero tu vida no se puede reducir solo a eso. Si sostienes estos cuatro pilares —sueño, alimentación, movimiento y actividad productiva— tendrás algo muy valioso: un proyecto de vida estable, incluso mientras opositas.
Con estos cuatro pilares claros, el siguiente paso es dar forma a tu día: bloques de estudio concentrado, pausas cortas para descansar (aquí te paso una herramienta gratuita para instalar en tu Windows llamada EUROSUITE UTILITIES) para que te ayude con esto), horarios fijos para comer, hacer ejercicio y desconectar, y una hora límite para cerrar el día y cuidar el sueño. No se trata de vivir con una agenda militar, sino de tener una estructura básica que te dé seguridad y te quite decisiones innecesarias cuando estás cansado.
Cada persona es distinta: algunos rinden mejor por la mañana, otros por la tarde o noche, pero todos necesitan ese equilibrio entre estudio, descanso, salud y sensación de utilidad para llegar a la meta sin romperse. Tu oposición no es una carrera de velocidad, es una maratón; y en una maratón gana quien sabe dosificar, cuidarse y sostener el ritmo hasta el final.
Cuando te cuidas, no solo estudias mejor: también sufres menos, te comparas menos y aguantas más. No se trata de ser perfecto, sino de ir ajustando poco a poco hasta que tu día a día te ayude, en lugar de sabotearte.
La oposición es una parte importante de tu vida, pero no eres solo un opositor. Eres una persona construyendo un futuro. Y esa construcción empieza hoy y en cómo organizas tu próximo día.
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Con sinceridad y cariño,
La Caminante
[La Meta está Más Cerca]





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