¿Cuánto me va a costar?

"Donde la esperanza no existe no puede existir el esfuerzo" 
Anónimo

¿Cuánto me va a costar?

No solo en euros.  Esfuerzo, tiempo y dinero. 

La oposición tiene un precio que se mide en madrugadas sin dormir, en fines de semana que desaparecen, en cafés que ya no saben a nada y en planes que pospones “hasta que apruebe”. Si la primera pregunta era “¿qué oposición elijo?”, la segunda, la que nadie quiere hacerse en voz alta, es esta: ¿estoy dispuesto a pagar lo que cuesta?

Vamos a ser claros y a poner números encima de la mesa, porque la incertidumbre se combate mejor cuando la miras a la cara.



Tiempo 

La mayoría de las oposiciones serias (Cuerpo Superior del Estado, Judicaturas, Inspección, Registro, etc.) requieren entre 4 y 8 años de preparación realista si partes de cero y opositas en serio.

Oposiciones medias (Administrativo del Estado, Auxiliar Administrativo, Ayudantes de II.PP., Guardia Civil o Policía Nacional en escala básica…) suelen rondar los 18 meses a 3 años como mínimo.

Las “fáciles” o de menor rango (algunas locales o de promoción interna) pueden resolverse en 12-24 meses, pero no te fíes de quien te diga “en un año se saca seguro”.

Traducido a horas:

- 6-8 horas diarias netas entre semana + 10-12 los fines de semana = unas 3.500-5.000 horas por año.

Multiplica por los años que necesites y entenderás por qué hay gente que lleva 15.000-20.000 horas estudiadas cuando aprueba. Es el equivalente a casi 9 años trabajando a jornada completa… pero sin sueldo.

Dinero 

- Academia presencial/online media: 120-250 €/mes → aprox. 4.000-9.000 € en 4 años.  
- Preparador particular (recomendado en muchas plazas): 150-400 €/mes.  
- Libros, actualizaciones, temarios impresos, simulacros, psicotécnicos: fácil 1.500-3.000 € más.  
- Tasas de examen, desplazamientos, alojamiento el día D: otros 500-1.500 € por convocatoria.  

Total realista para una oposición grande: 15.000-30.000 €.  
Sí, hay quien lo hace por menos (autodidacta, segunda mano, bibliotecas…), pero también hay quien supera los 50.000 € sin pestañear. El dinero se recupera rápido con el sueldo de funcionario, pero durante los años de preparación duele y mucho.

Además, no obvies el gasto que te supondrá mantenerte hasta cobrar tu primera nómina, así como los desplazamientos a exámenes y a tu primer puesto de destino (viajes y alquileres que la administración central no cubrirá y que pueden llegar a ser bastante costosos. Si no has hecho para entonces un colchón mínimo de 3.000-4.000 euros ni puedes recurrir a familiares para que te ayuden, lo pasarás francamente mal.

Esfuerzo mental 

Aquí no hay factura, pero es el coste más alto.  
La soledad prolongada, la culpa cuando descansas, el miedo constante a “estar perdiendo el tiempo”, las convocatorias que se retrasan, los cambios de temario de última hora, los compañeros que aprueban y tú no… Eso erosiona.  
Muchos abandonan no por falta de capacidad, sino porque un día se miran al espejo y ya no se reconocen.

¿Y si trabajo a la vez? 

La gran mayoría lo hace.  
Trabajar + opositar es posible y, bien gestionado, hasta recomendable: te obliga a ser ultraeficiente y te da oxígeno económico y emocional.  
Pero requiere disciplina quirúrgica: levantarte a las 5:30, estudiar antes del trabajo, aprovechar transportes públicos, comer delante del temario, renunciar a casi todo lo social los primeros años.  
Si logras 4-5 horas diarias netas teniendo trabajo, estás en la élite de la productividad. La mayoría no pasa de 2-3 y por eso tardan más.

Entonces, ¿merece la pena?
 

Solo tú puedes responderlo, pero te dejo una verdad incómoda: nadie que haya aprobado se arrepiente del precio pagado.  
Se arrepienten, eso sí, de los años que perdieron sin empezar por miedo a “lo que iba a costar”.

Así que plantéatelo así: no es un gasto, es una inversión brutal en tu futuro.  
Y como toda inversión seria, duele mientras la haces y sonríes cuando cobra intereses.

Respira.  
El precio es alto, pero está tasado.  
Ahora te toca decidir si estás dispuesto a pagarlo… o si prefieres seguir preguntándote toda la vida “qué habría pasado si…”.

Tú decides.  
Yo solo te recuerdo que, si lo haces, no estarás solo.

Con realismo y cariño,  
La Caminante  
[La Meta está Más Cerca]

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